El cuerpo humano dispone de un mecanismo de defensa para protegerse del estrés. En los primeros tiempos, éste estaba causado por las amenazas de depredadores y otros agresores. Aunque estos factores estresantes han desaparecido, no significa que no estemos expuestos al estrés.
El estilo de vida moderno nos enfrenta a muchos retos -estrés- en nuestro día a día, como la presión laboral, llegar a fin de mes y la conciliación familiar. Así que puede que sientas que siempre te están atacando.
Sin embargo, puedes combatirlo. Existen estrategias de gestión del estrés para que no afecte a tu salud.
La respuesta natural al estrés
El estrés es una respuesta natural y automática a los retos. Y esto le ocurre a todo el mundo. Cuando una persona se enfrenta a una situación percibida como estresante, se activa en su organismo un complejo "sistema de alarma" natural que le permite movilizar todos los recursos -físicos y emocionales- necesarios para hacer frente al acontecimiento y restablecer un estado de funcionamiento normal.
A nivel químico, cuando el cuerpo percibe un factor estresante -por ejemplo, un ruido en mitad de la noche-, el hipotálamo, una pequeña zona del cerebro, activa un sistema de alarma en el organismo. Las glándulas suprarrenales empiezan a liberar una oleada de hormonas, como la adrenalina y el cortisol.
La adrenalina eleva la tensión arterial, aumenta el ritmo cardíaco y el suministro de energía. El cortisol, la principal hormona del estrés, aumenta el azúcar en sangre y su utilización por el cerebro. El cortisol altera casi todo tu organismo, especialmente la respuesta inmunitaria, y suprime el sistema digestivo, los procesos de crecimiento y las funciones no esenciales.
Este complejo sistema de alarma natural también envía señales a las áreas cerebrales que controlan el estado de ánimo, la motivación y el miedo.
Cuando el estrés controla tu vida
El cuerpo humano está diseñado para controlar la respuesta al estrés. Cuando desaparece la situación estresante, vuelven los niveles hormonales aprobados. Los niveles de adrenalina y cortisol, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca vuelven a sus niveles iniciales. Las actividades del organismo vuelven a la normalidad.
Sin embargo, cuando el factor estresante no desaparece, siempre está presente, este complejo sistema de alarma sigue sonando. La sobreexposición prolongada al cortisol y otras hormonas puede alterar casi todos los procesos del organismo. Esto aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud como ansiedad, depresión, dolores de cabeza, problemas digestivos, problemas de sueño, problemas de memoria, enfermedades cardiacas y aumento de peso.
La gestión de las situaciones estresantes con técnicas de afrontamiento saludables es importante para mantener una salud general. Axiste una relación entre el estrés crónico y el envejecimiento acelerado.
Consejos para prevenir el estrés
Por desgracia, los acontecimientos estresantes asaltan constantemente nuestras vidas. Por eso, aprender a gestionar estos acontecimientos para minimizar su impacto en la salud es muy importante en el estilo de vida actual.
El primer paso es identificar qué le causa estrés. A continuación, debes poner en práctica estrategias de gestión del estrés para afrontar las situaciones estresantes.
He aquí algunos consejos para hacer frente al estrés:
- Seguir una dieta sana.
- Hacer ejercicio con regularidad.
- Técnicas de meditación y relajación.
- Escribe un diario.
- Dedicar tiempo a las aficiones.
- Dormir bien.
- Fomentar las buenas amistades.
- Tomar suplementos de melatonina y magnesio.
- Asesoramiento en salud mental.
Manténgase alejado de estrategias poco saludables para controlar el estrés, como el consumo de alcohol, tabaco, drogas o alimentos procesados en exceso.
Aprender a controlar el estrés lleva tiempo. No tires la toalla.
Las recompensas merecen la pena, como menos estrés y ansiedad, menos hipertensión, mayor concentración y mejores relaciones. Todo ello hará que tu vida sea más larga y saludable. Así que tómatelo con calma.
